Vistas de página en total

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Un año después.

El 19 de septiembre de 2017 vivimos una experiencia que nos cimbró y nos marcó a todos nosotros. Estando lejos o cerca de donde sucedieron los peores acontecimientos derivados del temblor, todos nos volvimos uno solo y nos dedicamos a ayudar, a compartir información, a buscar qué podíamos donar para la gente, a prestar maquinaria, a poner el inventario de la tienda a disposición de los rescatistas, a investigar lo que estaba pasando y cómo poner nuestro granito de arena para aminorar los daños.

Es increíble cómo las desgracias nos unen, pero más increíble aún que las cosas de esa magnitud se nos olviden a veces. Todos estábamos sumamente orgullosos y sorprendidos de la manera de responder, de unión, de respeto... no había colores, no había discordias, no había ningún tipo de mala vibra durante esos días. Por qué tenemos que esperar a que ocurra una tragedia? Por qué no percatarnos de que no necesitamos los malos momentos para demostrar nuestra capacidad como sociedad, como humanidad, como mexicanos, como buenas personas? 

Claro que después de que las cosas se medio calmaron un poco volvieron a pasar situaciones que te hacen de repente odiar a la humanidad y preguntarte qué madres tiene cierta gente en la cabeza, pero no es la idea ahondar en eso... lo que hoy quisiera compartir es simplemente, la dicha y emoción que sentí días después al ver el grado de solidaridad de gente desconocida que tendieron su mano, abieron las puertas de sus casas, abrieron sus redes para ayudar a quienes no podían comunicarse con sus familiares, repartieron comida, se quedaron sin dormir con tal de ayudar y sacar de los escombros a las personas, cómo un simple gesto (el puño en alto) significó tanto durante y después del suceso... somos un país con un chingo de cosas lindas, pero una de las que más me enorgullezco es de la gente que forma parte de él. Somos personas solidarias, alegres, amables, con ganas de ayudar... y eso es lo que debemos tener presente siempre. Eso es lo que debemos resaltar como parte de nuestras raíces. Insisto aunque me digan soñadora, que los buenos somos más.

Despuesito de las elecciones encontré un post en Instagram que compartí, y que realmente me recordó la magnitud de las cosas heroicas que sucedieron, y espero quede grabado y lo recordemos más veces de las que debemos: "Cuando ya sepas quién ganó, voltea a ver a tu compa de al lado y recuerda que hace 10 meses él te hubiera sacado de los escombros sin pensarlo. No eres PRI, no eres PAN, no eres Morena, no eres Bronco; eres México".

¡SOMOS MÉXICO! Y somos chingones.

Nos leemos pronto :)


Crédito de la imagen: @Gusgux

lunes, 23 de julio de 2018

Recordando el por qué.


Hace muchos años no era una persona que le gustara ejercitarse. No había una razón en específico, sencillamente no me gustaba. La idea del gimnasio me parecía de hueva y aunque sabía que hay que cuidarse para vivir muchos años y vivir bien, pues realmente me hacía loca al respecto. Hace ya bastantes años, un buen día me dio un dolor de cabeza impresionante de manera inesperada. Mal plan, en serio. Pensé que iba a desmayarme del dolor, de verdad no hay forma de poderlo describir, pero tan mal me puse que obvio acabé en el doctor. Me hizo estudios y luego de un buen rato me dijo que mi presión estaba por los cielos. Que estaba súper raro que no hubiera tenido síntomas previos y luego me echó el rollo que nos echan a todos: que hay que cuidarse, que el estilo de vida hay que cambiarlo, etc., etc. Además tenía problemas con mi insulina y su producción, en fin! Una monada. Acabé con un endocrinólogo maravilloso que durante muchos años me trató, me mandó con una nutrióloga en donde aprendí la maravilla y a la vez horrible existencia de las dietas cetogénicas, y luego de muchos años todo se controló.

Después de eso decidí por cuenta propia que tenía que hacer un cambio en mis hábitos y en mi forma de vivir, y es real que un buen día agarré el teléfono, hice cita con quien fue mi nutrióloga por muchos años y me llevó por el camino que quise, y lo más importante: igual agarré mi teléfono, bajé una aplicación que se llamaba “From Potato Couch to 5K” (es real, así se llamaba) y así fue como ese día empecé a correr. Mucha gente me pregunta cómo inicié y no me creen cuando les cuento mi historia, pero de verdad fue así. Seguía cada día las indicaciones y empecé a agarrarle gusto  a la aplicación, porque además como que te echaba porras y te motivaba a que siguieras con los demás días. Para quienes conocen Veracruz, sabrán que tenemos un Boulevard muy grande en donde la gente corre, anda en bici, patina, en fin. Bueno, en ese tiempo yo no me iba a hacer mi ejercicio al bule. Sentía que no era merecedora de correr ahí, que en ese lugar solo lo hacían quienes sabían, los que corrían carreras, los que no se cansaban como me pasaba a mí, y entonces lo que hacía era correr alrededor del parque que había por mi casa. Esto, es real. Además que también me daba pena también correr ahí, con todo mundo viendo que no aguantaba ni treinta segundos trotando. Pasó el tiempo y empecé a inscribirme a carreras de 5K. Eran carreras que hacía en más de 45 minutos obvio, porque no tenía condición y estaba empezando apenas a entender lo que pasaba en mi cuerpo. Pero yo era muy feliz cuando cruzaba una línea de meta. Cuando recibía una medalla. Eran apapachos que sentía yo solita me daba por un logro realizado.

Varios años después, una amiga me invitó a formar parte del grupo de corredores del que ella era inetgrante. Y me emocionó la idea de formar parte de algo así. Y formé parte de ese Club varios años. Logré cosas que mi Yo temeroso de correr en el Bule jamás imaginó ni en sus sueños más locos hacer: correr una carrera de 10 Kilómetros, correr en ciudades distintas con alturas diferentes distancias similares y lograr completar dos medios maratones. Difícil? Mucho. Hasta el día de hoy. Satisfactorio? No hay palabras para describirlo.

Actualmente correr se volvió parte de mi vida (no, no es Liverpool). Tanto, que tengo un tatuaje que lo demuestra. Ponerme los tenis y empezar a correr me desconecta de todo y me centra en lo importante: yo misma. Personalmente puedo decirte que sí, es muy complicado iniciar pero una vez que lo haces, ya no te detienes. Ya no puedes. Cuando te das cuenta lo que compras es ropa de ejercicio, tenis, relojes, viseras, geles, electrolitos y buscas retos, como en mi caso fue aventurarme a hacer Trails a pesar de mi nula coordinación y mi pavor a lastimarme. Pero lo he logrado a pesar de ser algo diferente a lo que normalmente estoy acostumbrada. Además que decidí complementar esa actividad con otros tipos de ejercicio que finalmente me ayudan a tener una mejor calidad de vida, aunque hay días que pesa, y que no quieres, y que piensas que no puedes. Solo es cosa de recordar el por qué iniciaste y la sensación que tienes cuando lo estás haciendo para no claudicar. Además que es algo que me ayudó a conocer a quien hoy está a mi lado, que me inspira, me motiva y me ayuda a pelear con esa voz dentro de mí que de repente aparecer para decirme “no vas a poder” y que me ha ayudado a llegar a niveles que no pensé pudiera lograr.

De esto se trata. De no desistir. De creer que eres capaz de cualquier cosa. De desechar el “No puedo” o el “para qué si no va a servir”. Es bien complicado. Pero se puede. Y yo soy una prueba de ello.

Pero... sí, de repente me lo debo recordar, porque es fácil que se olvide. Y esta vez, decidí plasmarlo, para acordarme de eso las veces necesarias y no volver a hacerme la desentendida ante este tema. Lo que inició como algo para ayudar a la salud se convirtió en un gusto, con sus altibajos, pero que no cambio por nada.

Nos leemos pronto.

Keep Running


jueves, 11 de enero de 2018

Dos Mil Dieciocho

Nuevo año. Nuevos ciclos. Nuevos momentos. Nuevas sorpresas.

Los cambios de año emocionan a muchos, asustan a otros pocos, les da igual a algunos. En mi caso particular, cada determinado tiempo se resume en trabajo excesivo que hace que no disfrute tanto la época... pero fuera de eso, me emociona ese cambio. Y creo que a la mayoría de la gente le pasa igual porque se siente en el ambiente. Las personas andan emocionadas, amables, ilusionadas, repartiendo amor y buenos deseos a diestra y siniestra... no sé. Es una época bonita que debería extenderse a más tiempo en cuanto a sentir. Porque no hay que esperar un "año nuevo" para sentirse de esa forma, para sentirnos decididos a hacer un cambio, para arriesgarnos a dar ese paso que da miedo, para hacer algo nuevo, para probar la capacidad de asombro o definir propósitos con cosas que tengas ganas de hacer, para elegir ponerte tú como prioridad... en fin! la lista es infinita.

¿Mi 2018? Bastante diferente a otros inicios de año, definitivamente. Y es algo lo cual agradezco, lo cual me emociona y me hace comprobar de nuevo que la vida puede sorprenderte de manera impresionante cuando menos lo esperas. Porque  cuando el destino te sorprenda con cosas lindas, pues hay que disfrutarlas! Y cuando se le ocurra sorprendernos con detalles no tan gratos... nos toca aprender de ellos para seguir andando sin tanto tropezón. 

Si tu 2018 no empezó como querías, tampoco le sufras. No es obligatorio buscar cambiarlo YA. Es sencillamente, buscar la forma de hacer que todo coincida tal y como quieres aunque te tardes un poquito.

La recomendación? Hagan su "Thankful Jar". Por si no saben lo que es, yo hace algunos años lo intenté y la verdad está padre: cada vez que me pasaba algo bonito, algo importante, algo que hizo mi día, algo inesperado, lo escribía en un papel y lo guardaba en una latita o cualquier tipo de depósito (si quieren pueden hacerlo hasta en cajita) la cual es la que tiene ese nombre, Thankful Jar. Cuando acabe el año, como tradición o como ritual o como ustedes decidan, abren la latita y recuerden y lean todo lo que les pasó durante el año. De verdad se siente bonito y luego te acuerdas de cosas que ya tu cabecita tenía archivadas muy muy en el fondo. 

El propósito? Sentir fuegos artificiales todos y cada uno de los días que conforman este año. 

Nos leemos pronto ;)


viernes, 11 de noviembre de 2016

Decisión



Decidir. Es una palabra fuerte. Según la Real Academia de la Lengua Española, el significado de "decisión" es: 1. Determinación, resolución que se toma o se da en una cosa dudosa y también 2. Firmeza de carácter. Y es que para decidir algo realmente se necesita carácter y un trabajo bien fuerte de tu mente y de tu persona para elegir finalmente qué es lo mejor para ti, aunque en el momento no lo parezca o tus sentimientos te dicen que vas por el camino errado.

Es muy difícil tomar una decisión. Muchos te dirán que "hagas una lista de los pros y contras y por ahí te vas", pero hasta eso es en ocasiones complicado. Nada es negro o blanco. Nuestra vida es una completa gama de colores y tonalidades e intensidades que te hace incluso más complejo saber qué está bien o qué está mal. ¿Según tú? ¿Según la gente? ¿Según tu corazón? ¿Según tu cabeza? ¿Según tu experiencia? ¿Según la experiencia de alguien más? Porque seamos realistas, a pesar de que te digan que al final debes de ver por ti... lo que escuchas, ves, sientes y sucede alrededor tuyo influye, nos guste o no. 

No sé si les ocurra a ustedes, pero casi siempre cuando termino decidiendo algo pienso que no estoy haciendo lo correcto. Cuando pasa el tiempo resulta que sí, que lo que hice no estaba tan mal como yo lo había imaginado pero aún así, el proceso "durante" es algo difícil. Tener que lidiar contigo mismo pensando si hiciste bien o realmente la regaste son momentos súper complejos en donde se ponen a prueba muchas cosas, sobre todo, el temple de no echarte para atrás y decir que siempre no, cuando ya habías determinado actuar de cierta forma por algo. Y no hablo de decisiones tomadas a la ligera, eh? No de esas que tomas enojado, triste o demasiado feliz. Sino de las que te toman tiempo, que cuesta asimilar y tienen que pasar varios días para darte cuenta de que acertaste. O quizá no. Y solo queda aprender, apapacharte (porque seguro se va a necesitar) y seguir caminando, siempre con la cabeza arriba :)

Nos leemos pronto, espero! Prometo no dejar tan abandonado este espacio... ustedes tampoco! ;)


miércoles, 11 de mayo de 2016

Y decidiste irte un 11 de mayo...

Te acuerdas cuando llegaste a casa? Tenías aproximadamente tres semanas de haber nacido. Eras una miniatura que cabía perfecto en la palma de mi mano, que apenas podía sostenerse. No sabía ni qué hacer, ni cómo tratarte... pero empezamos por lo básico: comprar una licuadora pequeña para ti, croquetas pequeñitas, leche y miel Karo para hacerte tus papillas y empezar a darte de comer. No tenía aún nombre para ti, pero (con el corazón de repostera y tragona que siempre he tenido) decidí llamarte "Muffin". Éramos poquitos quienes decíamos tu nombre correcto, porque hasta el veterinario te puso en tu ficha que te llamabas "Moffi". Me dio pena corregirlo, y finalmente, lo medio pronunciaba como era, no?



Te tenía en mi cuarto durmiendo, conseguí una almohadita para que descansaras ahí y también conseguí un reloj para poner debajo. Me habían dicho que simulaba los latidos de tu mami y que eso te ayudaría a dormir más tranquilo, porque tenías pesadillas. Aullabas muy despacito, pero dormidito. Te acariciaba la cabecita y te tranquilizabas, hasta que con el reloj dejaste de soñar feo. Dejé de salir en las noches para quedarme contigo, a cuidarte y a acompañarte para que durmieras bien. Te enseñé como pude a que fueras al baño en el baño (al menos así mi cuarto permanecería no tan sucio, según yo) y aprendiste perfecto. Cada que querías ir al baño, te dirigías al baño y tenías un lugarcito para eso. Creciste muy rápido. Mi hermano me había dicho que eras miniatura, pero creo que no era exactamente así. No eras un gigantón, pero tu tamañote hacía que me riera cuando decía que eras un "schnauzer mini, no tan mini". Te volviste travieso. Juguetón, mejor dicho. Algunos de mis zapatos no se salvaron, un par de libros tienen tus colmillos enterrados a manera de recuerdo, y fue cuando te enseñamos que había un jardín muy grande y una casita para que te resguardaras en el primer piso. El cambio fue extraño, pero te gustó.



Los años fueron pasando y de verdad, parecía que no había pasado mucho tiempo desde esa vez que te llevaron a casa en una cajita de zapatos, la cual se veía inmensa comparada contigo. Recuerdas también el osazo que me hiciste pasar cuando te disfracé de bombero? Ok, creo que la que te hizo hacer el oso fui yo al ponerte una camisola roja y un sombrero negro, pero era una buena causa! Te lo expliqué, era un "desfile de modas" para disfrazar a las mascotas y juntar dinero para el albergue. Llegué feliz contigo, disfrazado, aceptaste a regañadientes tu sombrero de bombero... y cuando pensé que todo estaría bien, al ponerte en la pasarela para desfilar, decidiste que era el momento perfecto para tomar una siesta. Sí, te echaste y no hubo poder humano que te hiciera caminar. "Su truco es saberse hacer el dormido de repente", le explicaba a la gente. No se convencieron, pero al menos se rieron. Te ganaste sus corazones! Aunque no ganamos premio, ganamos más con eso. Quizá tu venganza a esa experiencia era deshacerte de cualquier ropita que intentaba ponerte. Cuando hacía frío, te ponía un suéter azul precioso. Pensé que te gustaba! Hasta que llegué un día y descubrí que (no sé cómo le hiciste) te lo habías quitado y lo habías despedazado. Entendí que eso de estarte cubriendo no era lo tuyo. Nunca más te volví a poner ningún tipo de tela encima.

Fueron diez, casi once años de tu compañía. La realidad es que me acostumbré a ti. Sabía que al llegar me estarías esperando, que con tus ladridos avisarías que estaba en casa, incluso en las noches me echarías de cabeza con tus ladridos si llegaba muy tarde porque, aunque sabía que te emocionaba que llegara, no podías disimularlo! Detectabas perfecto cuando estaba triste: en días así no buscabas jugar conmigo, solo te echabas junto a mí, y te me recargabas. Era tu manera de decir "todo estará bien". Jamás te cansabas, siempre querías correr, dabas vueltas como loco tratando de perseguir algo, te echabas de repente y otra vez empezaban las vueltas, hasta que te daba sed, o hambre, o algo más llamaba tu atención. Hasta para bañarte eras noble. No armabas desorden, te dejabas enjabonar, enjuagar... claro, al final parecía que éramos nosotros los que nos habíamos bañado, y por más que te intentábamos secar... tú preferías secarte restregándote en la pared. Supongo que sentías más lindo. Pero sé que eras feliz. Aunque no estaba todo el tiempo contigo, y había días que llegaba tan agotada que no te veía... sé que sabías lo mucho que te quería. 

En tres días te me fuiste. Lo que empezó con una falta de apetito que yo le atribuía quizá al calor (o a las ganas de que te regalaran mejor una salchicha que tus croquetas) se volvió una serie de cosas que terminaron venciéndote muy rápido, y aunque me decían que no pasarías la noche, quería creer que podrías recuperarte, como aquellas veces en que te ponías un poquito malito y luego estabas como si nada. Pero esta vez no fue así. Lo presentí al cargarte por última vez. Ya no reaccionaste como cuando te cargaba. Quizá me perdí de tu despedida, o quizá tus ojitos me lo dijeron antes de que el doctor te llevara. Te dije muchas cosas, te di besos, te abracé fuerte aún con el temor de que te pudiera lastimar. 

Y decidiste irte el día de hoy. Dice tu doctor que no sufriste, y quiero quedarme con eso, aunque también hubiera querido haber estado junto a ti hasta el último momento. 

Espero haberte dado todo el amor que merecías. Espero hayas sentido todo el cariño que sentimos por ti, y espero sepas que dejas un hueco inmenso en nuestras vidas y en nuestros corazones. Estoy deshecha, pero agradecida de que no sufriste. Mi corazón se queda con tus huellitas intactas, aunque eso no haga que te extrañe menos. 

Gastón te echa de menos ya. No se atreve a bajar aún a tu casa. Se queda arriba, viendo... Quizá preguntándose por qué no has salido a correr con él, para morderle su oreja.

Buen viaje, Muffinito. Nos veremos pronto.


miércoles, 27 de abril de 2016

Lady, Lady....

Ah, mi Mexiquito que tanto quiero pero a veces me deja con los ojos desorbitados del impacto... que bueno, he de contarles que a veces me sorprendo mucho, a veces me percato de que ya nada me sorprende... pero esta vez, sí llegué al punto de decir: neta, no manchen (en otras palabras más fuertes, pero consideremos que esta lectura puede llegar a ojos que pueden asustarse, y no es el caso!)

El tema "de moda" estos días fue la "Lady 100 pesos", que a menos que vivas bajo una roca o de plano estés súper clavado en otras cosas, causó furor en redes sociales y en noticieros. Para los poquitos que no sepan de quién hablo, les cuento rapidito: una chavita bastante guapa, que iba manejando súper súper borracha es detenida, y quiere darle cien pesos al oficial para que la deje ir, haciendo escenitas de que "estoy bien wey", "no pasó nada", y demás cosas que a duras penas se entiende porque no podía ni hablar la criatura. Bueno. Hasta ahí, la idea de "chamaca irresponsable" se quedaba en la mesa, pensando que el tema no iría a parar a más.

Pero... no fue así. Hoy me encontré una publicación en donde la niña ya tiene página oficial de Facebook y hasta patrocinador, por el simple hecho de... pues de nada, de haber estado hasta el gorro de borracha y estar guapa. "Estás súper buena, te perdonamos todo", "Afrontaste la situación súper bien, mándame saludos por favor"  y otros comentarios más son de los poquitos que pude leer en la página... y nos perdemos de la realidad de todo esto: esta niña fue súper inconsciente y la neta que tuvo suerte al no matar o atropellar a alguien. Porque la historia completa fue esta: la chava súper borracha logró esquivar a una persona que llevaba a un bebé que cruzaba la calle y por eso chocó contra un coche, y queriendo darse a la fuga le pegó a otros dos más. Gracias a que uno de los conductores de esos vehículos dañados le cerró el paso la chava no pudo huir, porque tenía toda la intención de hacerlo. Esas son nuestras figuras públicas? esas son las personas que la gente sigue y de las que está pendiente? Por qué le aplaudimos estos actos? Por qué (y lo vuelvo a repetir) hacemos famosos a gente que no tiene nada que aportar, y los que realmente están haciendo algo pasan desapercibidos? Qué tan mal estamos para emocionarnos nada más porque la chava está linda? Y si no hubiera sido así? Si hubiera estado fea? Ahí sí iban a meterla a la cárcel? Iban a hacerle su página oficial? Iban a perdonarle todo?

Y no, realmente la niña no es culpable de la fama que está obteniendo. Quizá la niña sea una buena persona que tomó una muy mala decisión y que alguien tuvo el tino de grabar la situación... pero en serio? eso es lo que acapara las noticias? Eso es lo que llama la atención? Mejor hagamos viral a Mayela, que es una mexicana que está triunfando en grande en el ballet en Rusia, o a tantos y tantos atletas que ganan y ganan y ganan medallas en muchas partes del mundo y que a veces hacen malabares para pagarse sus pasajes para ir a las competencias, o a Olga que ganó medalla de oro en una olimpiada de Matemáticas en Europa, o a los chavos que ganaron el concurso en la NASA mezclando sus conocimientos de matemáticas y ciencias.

En serio, gente bonita... DEJEMOS DE ENGRANDECER A LA GENTE QUE COMETE ACTOS IDIOTAS!!!!! 

Nos leemos pronto :)



miércoles, 24 de febrero de 2016

Amor a primera vista


Ya pasaron cuatro meses. Hoy exactamente celebro y me emociono que ya hace 4 meses conocí el amor a primera vista. No había tenido chance de publicar esta entrada, pero... nunca es tarde, dicen por ahí. Tal cual me nació en ese instante, comparto mi sentir, el cual solo ha aumentado y le he sumado la experiencia de verla, cargarla, acariciarla, besarla, reír con ella (sí, la hice reír!), ser parte de su Bautizo, escucharla gritar, llorar, carcajearse, sentir cómo se duerme en mis brazos... y ser testigo sobre todo, de cómo sus papis hacen todo para hacer de este mundo algo mejor para ella. Y vaya que lo logran. Los admiro desde el fondo de mi corazón.
Feliz Mesiversario #4, mi reini hermosa :)

24 de octubre de 2015.
Hoy que desperté me di cuenta que tenía una llamada a las 12.15 am del celular de mi hermano. Enseguida y medio dormida busqué su número para marcarle, y me dio la noticia que ya hace muchos meses estaba esperando: mi sobrina ya había nacido!!! Decidió que la madrugada del sábado 24 de octubre era el momento ideal para venir al mundo, y así lo hizo!!!! Grité de la emoción, me puse más feliz de lo que ya estaba, pregunté los generales y sí, todo resultó perfecto, obviamente le pedí fotografías y todo lo que pudiera mandarme pero el pobre no tenía nada a la mano aún! Yo creo que entre la emoción y la conmoción de que ya venía obvio! que no iba a tener tiempo.

Un ratito después, por fin me mandó la foto de mi sobrina. Y fue ahí que conocí el amor a primera vista. Me enamoré de ella al instante de ver su foto: tan perfecta, tan risueña, tan grande, tan linda, tan llena de bendiciones para mi familia. Gritaba, lloraba, reía a carcajadas... Todos los sentimientos lindos que existen los sentí en ese momento, al ver la primera foto de mi sobrinita y la de mi hermano cargándola. No puedo con la emoción que siento. No puedo describir la felicidad que me causa  verla. Ya la amo intensamente. Ya quiero abrazarla y cargarla y decirle que ya llena mi mundo de sonrisas y de colores y de ilusiones y que hace el mundo más bonito en el instante de que llegó. Mi amor chiquito ha llegado.

Gracias a mi cuñada y a mi hermano por este regalote tan lindo, por esta sorpresa, por estos nueve meses de emociones cuyo final nos trajo a esta personita tan perfecta a quien solo quiero darle amor  y todo lo mejor del mundo.

Bienvenida al mundo, pequeña Dharmita. Te amo con todo mi corazón y cuento las horas para conocerte y abrazarte y darte todos los besos del mundo. Gracias por hacerme conocer el amor a primera vista!!!